En una pequeña sala de la exposición vemos obras litográficas donde el efecto óptico, la geometría y el color juegan un papel muy importante. La exposición pertenece al artista Victor Vasarely.
En mi opinión son obras muy subjetivas, debido al papel que juegan las formas y los colores, con diferentes interpretaciones en el espectador. Más que por el carácter estético, este tipo de obras son muy suprasensibles, es decir, me da la impresión de que no pretende representar nada real, sino que se tratan de emociones, del dejarse llevar. Algunas evocan sentimientos alegres, otras tristes, pensamientos profundos...
La presentación es la misma en todas las obras, exceptuando en su tamaño, composición y color.
La mayoría tiene un fondo beige que deja respirar a la obra y al espectador, debido al cúmulo de tensiones lineales y cromáticas. El marco es de una madera del tono del tilo que la hace mucho más liviana, muy lejos de las recargadas con motivos florares del arte rococó.
Los sentimientos que despierta son: vacío, extraña invasión alienígena o mutación, la división de las células, delirio y caída a un precipicio, visión desde abajo de un rascacielos, etc.
En resumen podemos decir que se trata de una exposición cargada de mensajes hacia el espectador donde el artista, a través de su obra, logra comunicarse con su mente.
Es como si nos quisiera mostrar algo lejano a nosotros, nos invita a la reflexión, a la comprensión del mundo. Sinceramente, la sensación que tengo actualmente acerca de esta exposición roza lo imaginario o lo extraterrestre.
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