domingo, 6 de mayo de 2012

Ramón Gaya. Pintura, verso y prosa.

Siento no haber podido actualizar antes el blog pero debido a saturaciones y acumulación de trabajo me he visto obligada a ello. Una de las pérdidas que mas he sentido ha sido la exposición que aquí me acontece. La visita fue realizada el 28/03/2012 y se encontraba cerca del Teatro Isabel la Católica de Granada. En el mismo día visité la exposición de José Luis Ruiz Junco "Susurros".
Esta visita me sirvió para valorar las carencias que tenía la de Ruiz Junco en cuanto al espacio expositivo de esta otra. Podemos ver como varía el presupuesto de una respecto a la otra, evidenciado en las paredes, los espacios entre las obras, la calidad con la que han sido impresos los títulos de las obras, etc.
Con este tipo de cosas suelo ser muy meticulosa, debido a que soy una maniática del orden y que en un futuro me gustaría tener y gestionar una galería de arte contemporáneo para impulsar a los jóvenes estudiantes con talento.
Biográficamente podemos decir que ha sufrido mucho, debido a que su madre murió cuando el artista tenía dieciocho años; cuando se desata la guerra en España su casa es bombardeada y pierde casi todas las obras realizadas hasta el momento; su mujer muere en el bombardeo de Figueras intentando pasar a Francia se exilia a México dejando a su única hija en Francia a cargo de su amigo el pintor inglés Christopher Hall.

"Valgan como resumen de su vida las palabras del pintor en una entrevista concedida a Andrés Trapiello en 1988: Mi vida ha sido principalmente trabajo. El trabajo de una vocación, claro, no de un simple trabajo penoso y difícil, sino de una vocación irremediable, y que yo he sentido siempre, no como algo que hacía sino como algo que era, nada más. Pero ese trabajo de tantos años, en realidad lo he visto siempre como preparación, preparación para algo que no sé si estoy ya en ello. Lo que pinto ahora me sigue pareciendo preparación para otro día, para el día siguiente, y lo del día siguiente para el otro día que viene. Es decir, me parece que esto no tiene término. Para el creador no hay término conocido ni lo habrá nunca. Se trata de terminar esta vida y esta vocación en algo vivo, es decir, en algo completamente original, naciente. Es decir, en vez de llegar a una maestría, donde hay que llegar es a un principio."

Lo que he interpretado de este texto ha sido que no debemos abandonar nunca nuestras obras, sino que tenemos que trabajarlas durante toda nuestra vida, debido a que no están nunca acabadas. Todo lo que produce el artista son investigaciones para próximos trabajos que serán investigaciones de nuevo.

En cuanto a la exposición de Ramón Gaya podemos decir que goza de calidad y emana fuerza y vitalidad. La temática costumbrista que inunda la selección de las obras es propia de los artistas modernistas, debido a que era una vía rápida para ser conocido y para llegar al mercantilismo del arte. Era y sigue siendo una de las tendencias más aclamadas por la sociedad. ¿Quién no tiene, o al menos ha visto en casa de alguien, un paisaje o una marina?
En torno a este tema he escogido una serie de obras que lo muestran claramente.


He de decir que el tratamiento que han recibido es muy exquisito y delicado, de una belleza abrumadora. Todos están realizados con óleo y en cada uno de ellos podemos ver como se mantiene la imprimación de tonalidad terrosa. Se han trabajado desde abajo, es decir, en base a la imprimación se han aplicado veladuras, otorgándoles una atmósfera envolvente, misteriosa, con ganas de descubrir y analizar.
La segunda parte de la exposición me ha parecido bastante interesante, debido a que es la primera vez que observo una similitud con el trabajo que realizamos en la facultad.
Se trata de la representación de modelos desnudos del natural, como los ejercicios planteados por los profesores. El tratamiento que ha empleado el artista es bastante fresco y dinámico y me recuerda a trabajos personales anteriores.

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