domingo, 17 de junio de 2012

Resultado del Proyecto personal de Pintura III.

La idea de la princesa de Broglie ha ido cambiando con el paso del tiempo.
Todo comenzó cuando decidí darle un giro nuevo a la obra para que no fuese del todo pictórica. 
Le hice una sesión de fotos a Elena, una amiga, con el fin de retocarlas y que estéticamente quedasen muy interesantes a modo de sesión de estudio/ book.
Al presentarle la idea al profesor llegamos a la conclusión de que se trataba de un trabajo que prácticamente todo el mundo podía hacer y que no aportaba nada de mi huella pictórica desarrollada en este año.
La idea no se maduró hasta que con motivo de la Noche en Blanco 2012 en Málaga visité la exposición de Richard Prince en el MPM (Museo Picasso Málaga). Realizaba una interpretación de la figura femenina de Picasso otorgándole un carácter único. 
Fue tal la repercusión que tuvo en mí dicha exposición que me sentí en la obligación de trabajar en esa línea, observando a otros autores y fotógrafos, aportando en todas las ocasiones mi huella personal. Lo que pretendía en dicha investigación no era una copia de cada uno, sino extraer lo más acertado y llevármelo a mi terreno.
Al principio me tomé la idea del proyecto como algo muy serio, con muchas pautas y reflexiones, todo aquello a lo que acostumbraba. Por ello me plantee a lo largo de la maduración de la idea el trabajar el proyecto de forma completamente diferente a lo que acostumbraba.
El procedimiento técnico, la técnica y la metodología personal iban a desemplear un papel muy importante en dicha ejecución, cosa que ampliaremos más adelante.
El proyecto consiste en una serie de imágenes impresas en blanco y negro, las cuales más tarde iban a ser transferidas a cinco dm's previamente imprimados en blanco y lijados. El inconveniente que tuve con todo ello fue que la fotocopia no era de la calidad que precisaba dicha técnica y tuve que probar con diferentes soportes de papel, impresoras, disolventes y aguarrás.
La opción que me permitía una mayor calidad y menos toxicidad era el encolado de la fotocopia al dm. Tras pegarlos ejercí presión con unos libros para eliminar posibles arrugas y burbujas.
Cuando secaron  procedí a analizar la selección de imágenes, valorando tonalidades que iba a aplicar, direcciones de las miradas, manos y poses para una presentación coherente.
Sin más dilaciones me dispuse a pintar a contrarreloj con acrílico, una técnica muy contradictoria si observamos mi metódica metodología, en la que cuido cada detalle al milímetro. 
En esta serie quería obviar los planos angulares en las zonas orgánicas para potenciar la curva femenina como símbolo de sensualidad y sexualidad. Para ello he reservado zonas bastante importantes en una mujer y en su entorno, como símbolo de alto potencial.
Dentro de la serie cada obra ha sido trabajada de forma sutilmente diferente como símbolo de experimentación dentro del proceso creativo, el cual dije que me tomé como un mero proceso más que como proyecto.
En cuanto a la presentación no me he centrado en ningún espacio, marco ni nada por el estilo, sino que simplemente los muestro el uno junto al otro, como si de un ejercicio de clase se tratara. 
Como conclusión he de decir que esta forma de trabajar me ha parecido bastante interesante porque he logrado una mayor agilidad en la ejecución de la obra. Esto no significa que vaya a abandonar mi forma planimétrica de entender la realidad. De hecho me he planteado, cuando tenga tiempo libre, de profundizar en este procedimiento, trabajando la monocromía con formas completamente orgánicas, planimétricas, uniendo ambas, etc.







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