El planteamiento de este segundo proyecto consiste en partir de una vanguardia estética, un movimiento o un artista concreto para sacar toda la información posible y hacer de este período una obra nuestra.
Al haber utilizado el soporte digital en el trabajo anterior quería retomar la pintura, una forma de trabajar que me está gustando bastante en este curso.
En este trabajo he optado por la vanguardia del cubismo, movimiento que me apasiona y que nunca me canso de investigar. Se trata de un período relativamente corto, sin un manifiesto ni acuerdo por parte de los artistas, sino que se ha consolidado gracias al empeño de los artistas por hacer lo que realmente querían y de la forma en que lo hacían, sin importarles la opinión del resto, acostumbrados a una tradición pictórica. Al vivir en Málaga tenemos muy presente la figura de Picasso, un gran desconocido a pesar de tener la Casa Natal y Museo Picasso (MPM). Pienso que es un gran desconocido porque, a pesar de tener un estilo muy definido en su último período ha trabajado en diferentes líneas y de vez en cuando llega al fondo del museo obras que se “salen” completamente de su registro o su temática.
En este trabajo pretendo unir la ciudad de Málaga, el cubismo y Picasso.
Con esta opción me siento bastante cómoda, ya que en mi vida personal, tal y como concibo la realidad, tiendo a abstraer las formas que percibimos.
Concibo dos formas de ver la realidad. La primera es la que se cree aparentemente única en el ser humano, la más normal. Es aquella que nos hace tener una visión desde un punto de vista diferente si nos comparamos con un insecto o un ave.
La segunda de la que hablo es la que, a mi entender, es mucho más interesante. Siempre pretendo forzar a mi cerebro para ver la realidad tal y como quiero verla, no como lo ve mi primera percepción. Es como si obligase a mi cerebro a ver las cosas como yo quiero. Esta percepción de la realidad es la más artística, la que me permite analizar el espacio en el que nos encontramos con mucho más detalle. La forma de la que veo nuestro entorno es similar a la acción de entornar la vista y descomponer esas manchas y formas en planos. Parto de las grandes y casi abstractas superficies que después voy concretando con planos más pequeños.
Resumiendo esto de alguna forma podemos decir que mi segunda percepción es una visión de la realidad por planos. No veo ninguna transición o degradación del color, sino cortes bruscos, radicales o rotundos entre unos y otros. Acabo de pensar que esta concepción no la he tenido siempre, me viene desde hace un par de años, coincidiendo con el período en el que estudiaba bachillerato de artes. Es por esas fechas cuando me ponen lentes de contacto. La verdad es que, cada vez que trabajo prefiero no llevarlas para no entornar los ojos, debido a que con la miopía es como si ya lo estuviesen. Para este proyecto he retomado una imagen que realicé el curso pasado de la Alcazaba de Málaga.
Para poder sacar esa tridimensionalidad cubista que caracteriza a Picasso he partido de dos de sus obras Depósito de agua de Horta, Horta de Ebro y Casas sobre la colina, Horta de Ebro.
Aunque acostumbro a emplear los planos en mis obras me resultó bastante difícil llevarlas al paisaje, debido a que era mi primera vez y además tenía que asemejarse a las obras de Picasso.
Conclusiones
Como solución a esto me he planteado este resultado como una concepción diferente del paisaje y dentro de mi producción. En mis próximas obras utilizaré este procedimiento para ver si realmente me convence en las diferentes temáticas.
La tonalidad es un factor que no se parece a los referentes del cubismo pero, sinceramente, este resultado me parece mucho más interesante, más actual.
He utilizado la historia, el trazo y la temática para desarrollar una obra completamente personal, en la cual el cromatismo tan luminoso y tan diferente me hacen muy feliz.
Alcazaba 2012 Óleo sobre lienzo, 122 x 60 cm. |
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