domingo, 17 de junio de 2012

Fátima Doña Molinero. Piel Cromática.

"Cualquier frontera real es difusa, cualquier frontera real es nítida "
(J.Wagensberg)

A raíz de esta cita que invita a reflexionar podemos interpretar la obra de la siguiente artista de múltiples formas. He aquí una opinión personal, lejos de toda objetividad o no.
En primer lugar señalo que las obras están cuidadosamente trabajadas y expuestas, eso se lleva un punto a favor.
La temática en general es muy vanal, visto desde un mismo punto de vista pero, si vamos más allá podemos observar como tiende a representar la naturaleza. Desde mi punto de vista es considerada como germinadora de todo lo que nos rodea. 
Es por ello por lo que podemos ver representadas flores como símbolo de sexualidad femenino o paisajes como la naturaleza en sí misma en su grado máximo.
Otra lectura puede ser el mercantilismo al que nos hemos acostumbrado. Quien se sale un poco de los esquemas es el rarito y el que a fin de cuentas no vende ni una mísera lámina. Sin embargo, en general, quien se dedica a producir escenas populares, vanales y obras decorativas tiene el éxito asegurado. Todo esto es entendido por un público popular y pobre que carece de conceptos y criterios para enfrentarse a una obra contemporánea.
De todos modos me parece una chica que se toma enserio lo que hace, más allá de si disfruta o no haciéndolo. Sus acuarelas son muy laboriosas y agradables.
Nos encontramos a una reciente Licenciada en Bellas Artes que parece que ha encontrado su hueco dentro del mercantilismo del arte. La verdad es que es algo difícil, según tengo entendido, así que desde aquí se merece todos mis respetos.
Como bien dice un gran profesor y amigo: "El oficio hace al maestro"

Una vez más quiero añadir que se trata de una opinión completamente personal.  
A continuación procedo a mostraros una selección de sus obras más brillantes de toda la exposición. Espero que os gusten.

P.D: Seguiré subiendo más entradas de exposiciones y curiosidades a lo largo del verano. Un saludo a todos.

Abadía de Orval.
Técnica: acrílico. 100 x 100 cm.
Un sabio me dijo una vez que el mejor truco para observar el realismo de una obra era coger la mano y colocarla en forma de cilindro y mirar a través de ella cerrando un ojo: "es como si te introdujeses en la obra". 

Hacia la Fuente del Avellano.
Técnica: acuarela. 31 x 23 cm.
Orden emergente. 
Técnica: acuarela. 31 x 23 cm.
 Atardecer Montmartre.
                                                         Técnica: acuarela. 40 x 30 cm.

Esta obra tiene especial significado para mí. Se trata del mismo escenario donde se rodó gran parte del film francés Amèlie
Niebla al amanecer.
Técnica: acuarela. 31 x 23 cm.
Hacia la costa de Granada.
Técnica: acuarela y pastel. 40 x 30 cm.
Barrio rojo.
Técnica: acuarela. 46 x 36 cm.
Esta obra es mi preferida, tiene algo que me hipnotiza. Esto de lo que hablo puede ser el agua que me recuerda al Taj Mahal, París o Venecia. Me recuerda también a la obra divisionista del Puente de Waterloo de André Derain.
Bosque de la Alhambra.
Técnica: óleo. 120 x 120 cm.
Esta obra se respecto a la temática que guarda con la naturaleza se encuentra en completa concordancia y armonía con el entorno en el que se ha expuesto. La iluminación y la posición han sido verdaderamente acertadas.

2 comentarios:

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  2. Agradezco tu crítica y aprecio el esfuerzo por escribir sobre mi obra, siempre es interesante y acepto de buen grado opiniones fundamentadas. Ésta es una de las partes mas enriquecedoras de exponer; la posibilidad de diálogo y reflexión abiertos a un mayor número de personas, por ello me gustaría comentar algunos puntos:
    No se si lo que hago es “mercantilista”, pero de lo que estoy segura es de que me encantan los motivos que pinto (y parece que esto se pone en duda en tu comentario), en realidad cuando me pongo manos a la obra estoy en un plano distinto por encima de ese tipo de preocupaciones, sólo escojo los temas que me gustan y me inspiran, y creo que en mis cuadros(independientemente de si son buenos o malos) queda patente que pongo en ellos todo el sentimiento. Donde otros ven un motivo “banal”, yo veo una realidad misteriosa y fascinante…Gaudí se quedaba embelesado mirando un árbol cada día de camino a su estudio, un árbol que era su fuente de inspiración y no creo que fuese precisamente alguien preocupado por vender o que gastase el tiempo en cosas futiles ¿Quién decide qué es lo superfluo y qué lo interesante?, ¿Cómo clasificarlo?, ¿No es algo que depende más del observador?. Para mí no hay nada trivial o baladí en la naturaleza, es cierto que puede resultar también decorativa, pero no por ello hay que despreciarla y pensar que es un motivo de importancia menor. Me gusta observar algo detenidamente , por cotidiano o anodino que pueda resultar y subrayar la parte asombrosa de ese objeto, de ese ser o porción de la realidad.
    Por otro lado, no utilizaría como vara para medir la calidad de una obra el mero hecho de si ésta agrada o no a todos los públicos, creo que eso sería demasiado simple. Del mismo modo no veo que mis cuadros entren en esa descripción de “paisaje popular y artes decorativas”, y aunque así fuese, más allá de esta discusión subjetiva, es algo inquietante la frase: ” quien se dedica a producir escenas populares, vanales(por cierto es con b) y obras decorativas tiene el éxito asegurado. Todo esto es entendido por un público popular y pobre que carece de conceptos y criterios para enfrentarse a una obra contemporánea”. Con respecto a esto he de decir que hay mucha gente corriente que ama la música, la gastronomía, la arquitectura, el arte contemporáneo y el arte clásico,la literatura,etc. y sin ser experta en ninguna de estas materias, puede apreciarlas con gran criterio, no desprecio su opinión, ni considero a priori que sean seres zafios sin conocimiento ni gusto ni herramientas intelectuales para enfrentarse a una obra, ¿Acaso la pintura es una disciplina distinta sólo apta para el deleite de unos pocos eruditos? Está muy bien que haya gente que se dedique a ello profesionalmente, pero eso no excluye al resto de la humanidad, sino sería un oficio bastante ruin, elitista y verdaderamente mediocre, al menos yo no entiendo el arte sino hay interacción y discusión en todos los niveles. Por otro lado, los verdaderos críticos son muy cuidadosos al escoger sus palabras para no caer en malentendidos ni recurrir a reflexiones poco consistentes o prejuicios. A veces, una obra de calidad puede coincidir con el gusto “popular” y creo que negar esta posibilidad es un error de concepto. Por ejemplo, hay personas que frecuentemente consideran el drama como un tema conmovedor y profundo y la felicidad una horterada. Está claro que es mucho más difícil abordar el tema de la felicidad, de lo bello, agradable, etc. en el arte sin que parezca frívolo, pero es posible. El artista debe ser abierto de miras, no etiquetar a la ligera y no descartar vías para expresarse por transitadas que puedan parecer en un principio, siempre se puede descubrir algo nuevo.

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